Ez que eztoz roedorez no zaben lo que hazen... Que te lo crees tú. Se aman tanto como se odian, hasta el extremo de espiarse, tal vez para conocerse un poco más, o para sacar más trapos sucios, o porque con los que ya tienen aún no se dan por satisfechos. Es una historia de amor-odio... como otras tantas. Pero con la vergüenza añadida de que son los representantes de un pueblo, el madrileño, que siempre ha sido algo clasista al sentirse centro de España. Pues para que veas... hasta en la Gran Capital viven lechuguinos...
Como lea tu blog la Montse Nebrera ya verás la que te lía...
ResponderEliminarFdo. Un madrileño.
Clasista? Somos los grandes perjudicados de todas las autonomías, manifestódromo oficial del país con 17 gobiernos autónomos, los que más impuestos pagamos y menos recibimos a cambio!!!
ResponderEliminarY encima tenemos que aguantar que nuestros representantes, de un mismo partido y con sendos egos descomunales y más descomunales ambiciones, gasten recursos públicos en tirarse los trastos en lugar de trabajar por un bien común.
Yo no llamaría a estos dos lechuguinos y tampoco clasistas a los madrileños; que conste que de todo habrá, como en todas partes, no lo discuto, pero yo al menos no me doy por aludida.
Pido perdón humilde y públicamente si mi comentario anterior ha resultado demasiado agresivo, incisivo. Entre mis muchas carencias, y Ghibli puede dar fe de ello, está la de no tener ningún sentido del humor.
ResponderEliminarMea culpa! Será un placer visitar este blog en cualquier otra ocasión.
Un saludo! :)